NUTRICIÓN Y PSICOLOGÍA DURANTE EL EMBARAZO (Parte 2)

visibility80 Views comment0 comments person Posted By: Lluc Cladera; Psicóloga Nº Col. B02441 list In: Estilo de Vida

Vamos con otro artículo destinado aquellas personas que se encuentran en búsqueda de un embarazo o que ya están embarazadas.

Si no has leído el primero de esta serie de artículos, donde damos recomendaciones nutricionales que nos ayudan a mantener un mejor estado de salud durante esta etapa de nuestras vidas, os lo dejo por aquí:
https://farmaciacarbo.com/tienda/es/blog/nutricion-y-psicologia-durante-el-embarazoparte-1-b30.html

En el artículo que hoy nos ocupa, vamos a centrarnos en el cuidado emocional durante la fase de búsqueda de embarazo.

En artículos posteriores, hablaremos de los cambios que aparecen a nivel emocional durante el embarazo y el postparto.

Como siempre comento en estos artículos, deberíamos intentar entender estos cambios emocionales como parte normal del proceso de cambio físico y vital que generan tanto el embarazo como la llegada de un nuevo miembro a nuestras familias.

En una etapa anterior al embarazo, cuando hay una búsqueda muy deseada de un/a bebé por parte de una persona o de una pareja, podemos sentir las siguientes emociones y tener estos pensamientos (sobre todo cuando el embarazo tarda más en llegar de lo que habíamos esperado o no llega):

- Preocupación y pensamientos repetitivos respecto a posibilidades que no habíamos barajado antes de la búsqueda de embarazo, como la posibilidad de infertilidad o de no llegar a ser madres/padres. Incluso estos pensamientos pueden llegar a asociarse con sensación de no ser válidas o de no sentirse “mujeres completas”.

- Enfado con una misma y/o con nuestras parejas u otras personas de nuestro entorno, pudiendo verse afectada nuestra relación.

- Obsesión por llevar a cabo comprobaciones del estado de ovulación y generación de la necesidad de mantener relaciones sexuales en determinados días del ciclo, incluso bajo sentimientos de obligación.
De forma similar puede ocurrir si estás intentando quedarte embarazada a través de un proceso de inseminación, pudiendo aparecer también sentimientos de desesperación y culpabilidad por el dinero y tiempo invertido.

- Rabia y sentimiento de culpabilidad por no conseguirlo.

- Presión autogenerada y mayor detección de presión social por no quedarnos embarazadas.

- Sentimientos de soledad, tristeza, agotamiento y frustración.

Cuando estas emociones, pensamientos y conductas se instauran en nuestra vida como un centro pueden impedir que otras también aparezcan.

Algunos/as psicólogos/as decimos mucho la frase de “la salud mental está en el equilibrio y en la flexibilidad”.

La tristeza, la rabia, la frustración… no son emociones “malas”, al igual que la alegría, la euforia, la calma o la sorpresa, no son emociones “buenas”. Todas forman parte de nuestro repertorio normal de emociones y cada persona las vivimos de manera diferente, siendo importante saber gestionarlas y comprenderlas.

Obviamente, cuando luchamos por algo y parece que ese algo nunca llega (llegando a pensar que nunca va a llegar), generalmente nos sentimos frustrados/as o tristes.

Como no paro de repetir, son emociones completamente normales y lo ideal no es intentar eliminarlas (nos puede “salir el tiro por la culata” y conseguir lo contrario) sino encontrar el equilibrio con otras emociones. ¿Cómo? Dejando de centrar nuestra sensación de estabilidad únicamente en la consecución de un objetivo, en este caso, de un embarazo.

Equilibrio y flexibilidad…
Equilibrio emocional y flexibilidad en los planes que realizamos y en las expectativas e ideas de resultado que nos imponemos.
Si necesitas llorar, llora.
Si necesitas gritar, grita.
E intenta mantener esos espacios seguros contigo misma y con tus amigas/os y tu familia, donde poder compartir esa rabia y esa tristeza, pero también las risas y alegrías.

No hay un tiempo estipulado como “correcto” para quedarte embarazada.

No obstante, siempre puedes consultar con tu médico si es necesario que sigas algún tipo de tratamiento que te ayude a poder conseguirlo.

Procura tener otros objetivos y cuidarte a nivel físico y emocional. Cuidarte y permitirte ser cuidada.


Es importante saber que muchas de estas emociones vienen de (o se ven influidas por) nuestros pensamientos. Y nuestros pensamientos son lenguaje.

Pensamos con palabras y el modo en el que nos hablamos influye directamente en cómo nos sentimos. Si no nos tratamos bien en nuestros pensamientos, difícilmente nos vamos a sentir bien.

  • No sois menos maravillosas ni menos mujeres por el hecho de no ser madres.
  • No sois menos válidas por no quedaros embarazadas.
  • Vuestra vida va más allá del poder o no poder tener un hijo/a y el concepto de familia es mucho más amplio.
  • Quienes te quieren no van a quererte menos por el hecho de no quedarte embarazada.
  • Intenta no visualizar tu vida como “mejor” o “peor” por el hecho de tener o no tener descendencia. Seguramente, tu vida será muy diferente si tienes o no hijos/as, pero ninguna de las posibilidades es mejor que la otra.

Estas frases, que parecen sacadas de un libro de motivación personal, es lo primero que debemos tener presente. ¡No es tarea fácil! (Pero es la realidad).

A todo esto, se le suma el hecho de que cuando deseamos con intensidad quedarnos embarazadas y no lo estamos consiguiendo, tenemos tendencia a fijarnos en aquellos casos que lo consiguieron “a la primera” o en un corto espacio de tiempo.

Este hecho puede aumentar nuestra ansiedad por alcanzar el embarazo así como nuestro malestar emocional en forma de tristeza, rabia, estrés o sensación de soledad.

No podemos separar mente de cuerpo.

No somos máquinas fragmentadas en partes independientes. Nuestro estado físico y nuestro estado psicológico se influyen mutuamente y constantemente.

Un elevado grado de estrés, ansiedad o tristeza puede influir a la hora de quedarnos embarazadas, haya o no haya una dificultad física.


Mi consejo es que si estás en búsqueda de embarazo y consideras que ha pasado tiempo suficiente para haberte quedado embarazada, acudas a profesionales sanitarios que puedan informarte bien sobre los tiempos, las posibilidades de tratamiento y el establecimiento de cambios en tu vida que puedan ayudarte en este camino (alimentación, cuidado emocional, establecimiento de técnicas de relajación, uso de suplementos alimenticios, consejos a la hora de realizar deporte, conocimiento de tu ciclo menstrual, etc.).

Recuerda siempre que cada cuerpo tiene unos tiempos diferentes. Intenta no compararte con los procesos de personas de tu entorno.

Fácil de decir y difícil de llevar a cabo, soy consciente. Intenta al menos no centrarte sólo en aquellos procesos que te hacen daño.

Si lo deseas, valora las diferentes opciones que tienes para llegar a ser madre. A veces nos centramos tanto en un camino o en una opción que no nos paramos en pensar si hay otras posibilidades.


Intenta disfrutar del proceso de búsqueda. Y comprende que tu vida va mucho más allá de un embarazo o una maternidad.

Disfruta de tu intimidad, del deseo y de la ensoñación, contigo misma y con tu pareja, en el caso en el que tengas pareja.
Sin prisas ni obligaciones, procurando no autoinculcarte presión y manteniendo, tanto como puedas, tus actividades diarias y tus rutinas habituales, sin dejar de lado tu autocuidado y tu autoamor.

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